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El pasado enero se celebró una nueva edición de FITUR, una de las principales Ferias Internacionales de Turismo. Se sitúa por detrás del ITB de Berlin y el WTM de Londres. No deja de ser sorprendente que este modelo tradicional de feria mantenga todavía su espacio y que sigan existiendo usuarios ávidos de panfletos y folletos para llenar el trolley que arrastran de stand en stand.
Estos encuentros suelen ser un buen termómetro para medir la coyuntura económica. En estas dos últimas ediciones se ha percibido una sensación más positiva frente a los años anteriores, inmersos en un clima de crisis generalizada. En general, nadie renuncia a su espacio de ocio viajero, pero sí lo ajusta a sus posibilidades económicas, o está condicionado por las percepciones de la coyuntura.
Desde hace años, el turismo sigue experimentado un continuo crecimiento. Para muchos países, y de forma muy determinante para aquellos en vías de desarrollo, es un motor clave de progreso. La contribución del turismo al bienestar socio-económico depende de los ingresos que aporte, pero también de su sostenibilidad tanto en la relación con el territorio como con los residentes de los mismos. Un destino puede resultar atractivo por múltiples factores.
Esta atracción provoca la llegada de visitantes pero, así mismo, este hecho puede provocar un impacto negativo en el mantenimiento del territorio original o en la calidad de vida de los propios residentes. Cuidar este equilibrio de sostenibilidad ambiental y social sigue siendo un objetivo fundamental. En esta línea, el año 2017 ha sido declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
Por otra parte, también es cierto que en FITUR, cada año, aumenta el espacio de entidades relacionadas con la innovación y el desarrollo tecnológico en turismo. En esta línea Tecnalia ha participado en la zona de Fitur Know-how & Export de SEGITTUR con nuestras soluciones de nuevas formas de interacción con los contenidos turísticos a través de Realidad Inmersiva y de herramientas de análisis y visualización de datos turísticos dentro del ámbito de Sistemas de Información Turística. Este año también se ha percibido un avance significativo en la aplicación real de diversas tecnologías sobre las que se lleva hablando desde hace años como son Big Data, Realidad Inmersiva, chatbots, blockchain…
El escenario de Big Data sigue presentando importantes oportunidades para el turismo, fundamentalmente por la gran cantidad de información que fluye entre todos los agentes de la cadena de valor. Un elemento clave sigue siendo identificar claramente las preguntas que se quieren resolver pensando en los gestores de los destinos turísticos o en los gestores de establecimientos hoteleros. Al menos, ya se está avanzando desde la mera recopilación de datos a un análisis de los mismos que ayude en la toma de decisiones e incluso permita realizar una predicción de lo que pueda suceder en el futuro. Se están introduciendo sistemas que aprenden automáticamente de los datos.
De esta forma se quieren abordar predicciones inteligentes sobre la ocupación hotelera, las cancelaciones de reservas, la nacionalidad de los turistas o las necesidades de los huéspedes para poder adelantarse a sus requerimientos y de esta forma proporcionar una experiencia sorprendente que busca el objetivo estratégico de la fidelización. Por ejemplo, una de las cadenas hoteleras más innovadoras, Room Mate, trabaja ya en el desarrollo de modelos predictivos para “mejorar la oferta de los hoteles y la gestión de campañas de promoción y comunicación”.
En el contexto actual, la tecnología se está convirtiendo en un potente medio para fortalecer el consumo de una experiencia turística que se percibe fundamentalmente a través de los sentidos. Las tecnologías de realidad aumentada o realidad inmersiva se están asentando como potentes herramientas de marketing y de venta. A través de ellas se puede anticipar o complementar la visita a un destino turístico o la estancia en un resort.
Otra línea en la que se ha dado un salto significativo es la utilización de chatbots como herramienta de atención al cliente, por ejemplo, para planificar un viaje o para atender a un huésped en un alojamiento. Desde hace años, se ha experimentado con avatares virtuales, pero ha sido en este momento cuando se ha pasado de ese escenario de prototipos a implantaciones reales, ayudados por los avances en inteligencia artificial que permite a un robot simular una conversación con una persona y, también, gracias a la sencillez y prestaciones que ofrecen las aplicaciones de mensajería instantánea.
Por otra parte, una de las tecnologías que se percibe que pueda tener una gran incidencia en un futuro cercano es blockchain. En el ámbito del turismo, blockchain se puede convertir en un nuevo mecanismo de contratación y pago de productos y servicios entre los diferentes agentes de la cadena de valor.
En estos momentos, en la industria hotelera, aproximadamente una de cada 25 transacciones en el mundo terminan en fraude. Con blockchain se puede asegurar el pago por parte de todos los agentes involucrados y se puede proteger a los extremos de la cadena, es decir, al proveedor original del servicio y al cliente final.
El turismo sigue siendo un escenario óptimo de desarrollo y validación de tecnologías por la gran variedad de proveedores, de productos y de servicios que participan y también por la gran diversidad de usuarios finales a los que se dirige.
