Actualmente, la alimentación ha pasado de ser una mera función biológica necesaria para aportar energía y nutrientes al organismo, a ser un tema que se encuentra en boca de todos y suscita interés y preocupación en el consumidor.
¿Cuáles han sido las causas?
Diversas son las razones que han inducido este incremento en la preocupación por los alimentos que ingerimos. Podemos citar, entre otros, los cambios de estilo de vida de las personas, mayor contacto intercultural, grandes avances en tecnología alimentaria y en nutrición… Todo ello ha permitido crear nuevos conceptos de alimentos y ser más conscientes del efecto que la alimentación tiene en la salud, tanto desde el punto de vista de la prevención de enfermedades como en el logro de un bienestar físico y mental.
Los avances científicos en el campo de la alimentación ponen de manifiesto que ésta tiene un efecto directo en la salud. Es necesario adoptar hábitos alimenticios que nos proporcionen una dieta saludable y equilibrada. Sin embargo, no hay una dieta única que sirva para todas las personas. Será distinta en función de las características de cada persona (sexo, edad, actividad física, etc) y deberá aportar al organismo los nutrientes (hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales) y energía para cubrir sus necesidades manteniendo un buen estado físico y mental.
Un modelo de dieta equilibrada, variada y completa es la llamada dieta Mediterránea. Los nuevos estilos de vida, la mayor integración de la mujer en el mundo laboral han llevado a la población a adquirir dietas alimenticias, que lejos de seguir las recomendaciones de la dieta Mediterránea, han optado por comidas de rápida preparación, con altos contenidos de hidratos y grasas que en numerosos casos crean estados carenciales de nutrientes esenciales y problemas de obesidad y malnutrición. Según estimaciones de la OMS, en 2014, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos.
Otro aspecto a destacar es el envejecimiento de la población. De acuerdo con datos proporcionados por la OMS, el número de personas con 60 años o más, en todo el mundo, se ha duplicado desde 1980, y se prevé que alcance los 2000 millones de aquí a 2050. Como consecuencia directa del conocimiento del efecto de la alimentación en la salud, existe una tendencia a la “vuelta a la dieta de nuestros mayores, la dieta Mediterránea” para lograr reducir la incidencia de determinadas enfermedades y aspirar a un envejecimiento de calidad y activo.
Paralelamente, debido a los avances científicos y a esa preocupación creciente de los consumidores por el efecto de la alimentación en la salud y en la prevención de ciertas enfermedades de alta incidencia en la población, muchas de ellas relacionadas con dietas inadecuadas, como la hipertensión, colesterol, etc, se están desarrollando distintas líneas de investigación. Estas líneas están orientadas al desarrollo de alimentos que contengan esos compuestos que científicamente han presentado cierta acción preventiva sobre estas enfermedades. Son los llamados alimentos funcionales como yogures con esteroles, leches con omega 3 etc. que hoy en día, forman parte de nuestra cesta de la compra.
En este sentido, los centros de investigación realizamos costosas y rigurosas investigaciones en el desarrollo de ingredientes alimenticios y alimentos con efecto demostrado en la prevención de ciertas enfermedades; alimentos con probióticos, alimentos que favorecen una acción antioxidante, alimentos ricos en fibra, etc. También debemos tomar conciencia de nuestro papel frente a la sociedad. Los beneficios nutricionales y saludables de los alimentos funcionales deben estar fundamentados en una sólida base científica. En los últimos años han sido lanzados al mercado numerosos alimentos sin un adecuado estudio. Así en 2006 Europa lanza el Reglamento Nº 1924/2006 que regula las alegaciones sobre la salud (claims), que se declaran en los alimentos funcionales y que intentan proteger al consumidor de alimentos placebo.
Los avances tecnológicos en el campo de la alimentación proporcionan al consumidor gran variedad de posibilidades en productos, no sólo por su valor nutricional, sino por su presentación, propiedades organolépticas, naturaleza de los ingredientes. Actualmente la industria alimentaria es una industria que se caracteriza por una alta innovación en productos que intenta dar respuesta a las demandas del consumidor. Así, la agencia de Food Marketing Gastromedia señala diez tendencias en alimentación para 2015:
- Etiquetas claras. La confianza del consumidor en nuestro producto es esencial. Él quiere saber lo que come y por eso las etiquetas deben ser legibles y claras. Si es necesario se incluirán certificados, o logos acreditativos.
- Alimentación de conveniencia. Este año se ha producido un auge de programas, blogs participados por chefs, relacionados con la elaboración de platos culinarios. La industria le proporciona al consumidor los ingredientes necesarios para elaborar estos platos gourmet que ve en los programas gastronómicos.
- Alimentos y técnicas de compra para los millennials. Se refiere a la población con edades comprendidas entre los 25 y 35 años; un grupo en aumento, con hábitos de compra muy diferentes a los que hemos conocido hasta la fecha y, que están haciendo cambiar a supermercados y empresas alimentarias sus productos y procesos de venta. Son exigentes, y abiertos a nuevas experiencias. Los millennials tienen una mayor conciencia de la sostenibilidad. Un estudio del International Food Council (IFC) indica que están más dispuestos a pagar por comestibles sostenibles, “Es cierto que veo a la gente todavía comiendo hamburguesas, pero tienen una mayor conciencia de la importancia de las frutas y verduras. Hay una diferencia allí”, afirma Pam Edwards, de la University of Nebraska-Lincoln”
- Los snacks saludables. La gente de ciudad busca alimentos que puedan ser consumidos en cualquier lugar y a cualquier hora. Demanda nuevos snacks que simulen a las habituales patatas fritas tales como de frutas y verduras, mezclas de frutas deshidratada y frutos secos, etc.
- Nuevas fuentes de proteínas en los cereales de toda la vida. Cereales como la chía, quinoa, mijo, espelta, sarraceno… son introducidos en alimentos siguiendo esta tendencia.
- Insectos como alternativa proteica. Actualmente existe una tendencia y necesidad clara de buscar nuevas fuentes de proteína que garanticen el aporte de este nutriente a una población en crecimiento. Ya en ciertos países los insectos forman parte de la dieta y, empresas como Damher ha lanzado hamburguesas y filetes empanados hechos con insectos.
- Frutas en distintos formatos. Nutricionistas, médicos, dietistas aconsejan el consumo de fruta diariamente. Se están desarrollando nuevos formatos alimenticios con frutas como snacks, yogures, zumos con las frutas más diversas y en las combinaciones más variadas.
- Mejora de la calidad en la marca de distribución. Las marcas blancas han abandonado la producción de sólo alimentos de primera necesidad y actualmente, empresas como EROSKI, han incrementado su oferta de productos, así como la apariencia de los mismos para hacerlos más atractivos, incluso acompañándolos de buenas acciones de marketing.
- Batidos verdes o detox. La conciencia del efecto de la alimentación en la salud hace que estén proliferando el lanzamiento y consumo de batidos verdes de frutas y verduras. El brócoli y plancton marino (fuente de proteína libre de alérgenos y de omega 3) son alimentos que van tomando importancia dentro de la alimentación.
- La introducción de la tecnología. Somos conscientes del papel que desempeñan las redes sociales en nuestra vida. Cada vez son mayores las aplicaciones y programas relacionados y orientados a la mejora de la alimentación. Y no sólo eso, tecnologías como la impresión 3D, por ejemplo, permitirá abrir la puerta a nuevos conceptos de alimentos y texturas.
Nos encontramos frente a un mundo alimentario innovador y cambiante, con altas posibilidades para ofrecer desarrollos seguros, saludables y atractivos que nos ayuden a mejorar nuestra calidad de vida.
Tú puedes ser un compañero de camino con quien trabajar y colaborar para mejorar la alimentación del futuro. ¿Te animas?