Es fácil criticar a los hijos de la Gran Bretaña por haber decidido separarse de la Unión Europea, lamentar su decisión y culpar de la misma a políticos demagogos y a la ignorancia de la gente. Sin embargo, hay un trasfondo de hartazgo con la clase política que se extiende por toda Europa y se concentra en una Unión Europea que se percibe muy alejada de las necesidades de la sociedad. Este hartazgo se ha traducido en un voto “de castigo” por el EXIT.
Aunque en nuestro ámbito de la tecnología y la innovación pensemos que esto nos es ajeno, nada más lejos: es responsabilidad nuestra que nuestro trabajo tenga un impacto en la sociedad y que la sociedad lo perciba, lo aprecie y clame por un REMAIN de los científicos y tecnólogos. ¿Qué implicaciones va a tener el BREXIT en la investigación europea y en la que realizamos en TECNALIA?
La salida de los británicos del sistema europeo de investigación e innovación supone una pérdida para Europa y para su tejido económico y social. Trabajar para que Gran Bretaña tenga un status en la investigación europea como el que tienen Suiza o Noruega puede paliar los aspectos negativos. Para ello debemos ser capaces de demostrar el impacto y los beneficios que aportamos desde el ámbito europeo de la investigación y la innovación en cooperación.
Los propios científicos británicos están divididos ante el BREXIT: algunos han apoyado con claridad la desconexión con Europa, abogando principalmente por una mayor libertad para la toma de decisiones, mientras que otros lamentan las consecuencias negativas de la ruptura.
Si vamos al detalle de la participación británica en los programas de I+D+i europeos, el Reino Unido recupera del programa marco más de lo que aporta, debido principalmente a la fortaleza de sus universidades: entre 2007 y 2013 recibió 8.800 millones de euros, frente a los 5.400 millones que aportó. Ámbitos como el ERC (European Research Council) y las becas Marie Curie serán más asequibles a los científicos de la Europa continental con la marcha de los británicos. Sin embargo, tenemos nuevas incógnitas derivadas del BREXIT: en el ámbito de la tecnología y la innovación, los británicos han invertido mucho para reforzar de manera extraordinaria su sistema tecnológico por medio de los centros CATAPULT. Nuestras alianzas y cooperaciones con los mismos se verán probablemente limitadas.
En el caso concreto de TECNALIA y la actividad estratégica en torno a las energías renovables en cooperación con Escocia, podemos anticipar también dificultades. Además, se frenará el intercambio de investigadores y la cooperación con organizaciones británicas. Todo ello empobrecerá la I+D+i Europea, a no ser que, desde ya, trabajemos todos para paliar los aspectos negativos del BREXIT.
Si nos elevamos más allá del día a día, nos maravilla lo que han aportado los científicos y tecnólogos británicos: desde el propio Newton, un verdadero gigante de la ciencia, pasando por Darwin, que nos ayudó a comprender nuestros orígenes y contribuyó como nadie a combatir falsedades o, más reciente, Stephen Hawking y sus teorías sobre cosmología y los agujeros negros y tantos otros… Así mismo el del ámbito tecnológico, con aportaciones fundamentales a la navegación, el ferrocarril, la aeronáutica, la computación (Babbage, Turing…). Debemos trabajar para mantener y reforzar la colaboración con nuestros colegas de las islas, hoy, mañana y en los años venideros.
Visualizar estos logros de científicos y tecnólogos británicos hace que, de manera natural, valoremos su contribución y agradezcamos lo que han aportado a nuestras vidas. No siempre ocurre así con nuestro trabajo. La percepción que tiene la sociedad de las actividades de investigación e innovación, sin ser negativa, tampoco es extraordinariamente positiva. Ante esta situación, nuestra responsabilidad como científicos y tecnólogos pasa porque lo que hagamos genere impacto en nuestra sociedad, ya sea en la calidad de vida de las personas, en la mejora de las empresas que trabajan con nosotros o en la creación de nuevas oportunidades e iniciativas. Este impacto es la mejor garantía para que la sociedad valore y exija un REMAIN para la investigación y la innovación.
Volviendo a los británicos, a pesar de la xenofobia que ha impulsado el BREXIT y el temor al extranjero que se extiende por Europa, no podemos olvidar su lucha por la libertad y la democracia, cómo acogieron a nuestros mayores hace 80 años, sus valores y actitudes, que han contribuido a mejorar el mundo.
Para terminar, no quiero dejar pasar la que probablemente sea su mayor aportación a la humanidad, más allá del fútbol, de los Beatles, de los Rolling Stones, de the Clash, de Amy Winehouse, o de James Bond... su sentido del humor.
A pesar del BREXIT, ¡miremos siempre el lado brillante de la vida!