"Mi estancia en el MIT ha cambiado mi forma de ver las cosas"
José María Campos / Director Iniciativas Estratégicas en el Área de Construcción de TECNALIA
Diversos son los motivos por los que unos pocos deciden salir de su zona de confort y adentrarse en un mundo desconocido. En ese nuevo lugar no existe la certeza de éxito. Te sumerges con un objetivo pero desconoces tu ventura. Llevar en tu equipaje grandes dotes de talento, destreza e ilusión es clave para alcanzar el triunfo.
José María Campos, tinerfeño de 47 años, desde muy pequeño ya paseaba por las calles de Londres los veranos para visitar a su familia. En Pamplona estudió el Bachillerato, en Donosti la Ingeniería Industrial y desde entonces ha recorrido pasajes de distinta índole; Munich, Madrid, Dubai, Sevilla, Boston… Acostumbrado a lidiar con distintas culturas y costumbres no le "tembló el pulso" cuando decidió pisar el suelo del MIT, Massachusetts Institute of Technology, una universidad ubicada en Cambridge de donde ha salido una cantera de 78 Premios Nobel, 52 National Medal of Science, 45 Rhodes Scholars y 38 MacArthur Fellow.
Todo cerebro viajero que se precie siempre dispone de un pequeño rincón, más asentado. Campos se ha decantado por Bilbao. ¿Decidirá echar raíces en el País Vasco? De momento, permanece en Dubai.
Leire Agüero. Durante un año realizaste un Programa de Formación para Directivos en Massachusetts Institute of Technology (MIT), ¿por qué decidió dejarlo todo y marcharse a Massachusetts?
José María Campos. La razón principal es que me sentía agotado después de muchos años de trabajo muy intenso. Necesitaba un descanso, coger distancia y perspectiva. Además, quería vivir en Estados Unidos y asistir a la que se supone es ¡la mejor universidad del mundo! ¿Quién no querría hacerlo?
L.A. ¿Qué sentía al estar rodeado de tanto "cerebrito" y Premio Nobel?
J.M.C. Impresiona un poco la verdad cruzarte por los pasillos con Premios Nobel. ¡Es toda una experiencia! He conocido a gente muy, muy buena, pero también lo contrario. Lo que más me ha llamado la atención de mi estancia en el MIT es el nivel de ambición. No quieren quedarse, mantenerse en lo habitual sino generar mucho impacto con todo lo que realizan. ¡Aspiran a cambiar el mundo! Son conscientes de que hoy en día “la arena” es el mundo en su globalidad. Lo cierto es que mi estancia en el MIT ha cambiado mi forma de ver las cosas.
L.A. ¿Cuáles son las funciones que desempeña en TECNALIA?
J.M.C. Fundamentalmente doy apoyo en la Estrategia de Eficiencia Energética en Edificación y en la generación de activos del Área de Construcción. El Equipo de Dirección de esta área es, aunque suene a peloteo, extraordinario.
L.A. ¿En qué proyecto está trabajando ahora mismo?
J.M.C. Estamos terminando una iniciativa para el gobierno de Dubai que consiste en un mapa energético de la ciudad. Hemos desarrollado una herramienta de software, junto con una PYME vasca que pone el conocimiento de las tecnologías de la información y de la comunicación y mapea los consumos energéticos de la ciudad de Dubai. La hemos implementado en fase piloto. Además, ahora comenzamos otro proyecto para dar soporte a ciudades de todo el mundo en la implementación de la eficiencia energética en edificios. Los socios son muy interesantes: UNDP, Banco Mundial, GBC, World Resources Institute, etc. Mi compañera Maider Alzola está haciendo un trabajo extraordinario.
L.A. Si le digo Smart Cities ¿qué me responde?
J.M.C. Digo eficiencia en la operación de la ciudad con tecnologías de la información y de la comunicación. Digo Europa, pues considero disponemos, por las características propias del continente, un gran potencial de liderazgo global en este ámbito. También digo Euskal Herria. Tenemos un potencial de liderazgo europeo clarísimo. TECNALIA es un gran referente en este sentido. Aporta un enorme valor con las áreas de Energía y Medio Ambiente y Construcción.
L.A. ¿La forma de negociar con un cliente varía según el país en el que se encuentra?
J.M.C. ¡Por supuesto! Si no tienes en cuenta las características propias del lugar, estás totalmente fuera de juego ¡estás perdido! Y eso, me temo, debemos mejorar.
L.A. Con tanto viaje, ¿qué significa un hotel para usted?
J.M.C. Pues normalmente estoy poco tiempo en los hoteles, así que significan poco. Pero la intensidad de viajes que he tenido aquí en Dubai ha sido tal, que ya me conozco a todo el personal; son de todo el mundo, hindúes, paquistaníes, sirios, libaneses, europeos del este, etc., y es divertido oírles a cada uno pronunciar mi nombre con un acento distinto. De hecho, me han traído una tarta de cumpleaños. Creo me estaban vigilando porque a estas horas no me encuentro normalmente en la habitación (ríe).
L.A. ¿De dónde le viene ese espíritu tan viajero?
J.M.C. Desde muy crío. Supongo que es consecuencia de vivir en una isla. Mis primeros viajes fueron a Londres para ver a mis primos y tíos que tienen negocios allí. Así que me acostumbré “a tirar” de la maleta. Digamos que cojo, “agarro” como diría mi compañero Asier Maiztegi (ríe) aviones con mucha naturalidad.
L.A. ¿Cómo es un día entre semana en la vida de José María Campos?
J.M.C. Si estoy en Dubai, me gusta empezar muy temprano. Los días son muy intensos aquí, con épocas de mucho estrés. Pero supongo que los años de experiencia te hacen tomarte las cosas de otra forma. Soy una persona muy metódica. Coloco las cosas en el mismo sitio para ser más efectivo, y tengo un proceso para todo; para salir del hotel, para ir a dormir, para entrar en la oficina…
L.A. ¿Se le ha pasado por la cabeza echar raíces en algún sitio?
J.M.C. Por ahora no. Euskadi y Madrid me gustan mucho, pero me falta algo. Madrid me parece casi perfecta si no fuese por la contaminación. No he vivido en Barcelona, pero me encantaría. De las ciudades que he conocido, creo que la que más me gusta es Londres. Ahora me iría a vivir a Singapur.
L.A. Una anécdota curiosa que le haya sucedido en alguno de sus viajes.
J.M.C. La que me viene a la memoria es de un viaje de Boston a Quito para ir a visitar a mi compañera Azucena Cortés. Hice escala en Panamá. Allí tuvieron un problema con el sistema informático del aeropuerto que bloqueó por completo el tráfico aéreo. El aeropuerto era un caos tremendo. Lo cierto es que lo pasé bastante mal. Era un espectáculo dantesco, brutal. Tardé dos días en llegar a Quito.
L.A. Su agenda de contactos valdrá su peso en oro. ¿La guarda en algún sitio en especial?
J.M.C. De mi época en Boston tengo amigos con puestos de relevancia en empresas de distintos lugares aunque son más amigos que contactos. Nos apoyamos mutuamente. Cuanto más se mueve uno, más amplia es su red de amigos y contactos. ¡Eso es un placer, la verdad!
L.A. ¿Qué destacaría de su trabajo?
J.M.C. Las personas. Trabajar con gente que respeto. Además, TECNALIA es una plataforma perfecta para desarrollarse profesionalmente.
L.A. Además de viajar, ¿qué aficiones tiene?
J.M.C. Afortunadamente somos una familia de empresarios. El emprendimiento es una forma de vida para nosotros. Pero no todo es trabajar. Me gusta mucho la bicicleta, correr y el squash. He jugado a fútbol pero, ¡soy muy malo, así que dejé de hacerlo! (ríe).