El sistema energético evoluciona hacia un escenario descarbonizado y descentralizado. Supone para los agentes de la cadena de valor un amplio conjunto de desafíos técnicos, regulatorios, económicos y sociales.
Requiere de un difícil equilibrio entre la inversión necesaria en la adecuación del sistema energético, la complicación en su operación, y la búsqueda de un uso más responsable y económico por parte de los usuarios. Contamos para ello con un potente instrumento: la digitalización. Las nuevas tecnologías de IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, Blockchain, Realidad Aumentada, procesamiento en la Nube, 5G, etc. permiten transformar la manera de gestionar un sistema energético progresivamente más complejo, en el que los diversos agentes, incluso nuevos, asumen una mayor o distinta responsabilidad.
La adopción de estas tecnologías resulta vital en el nuevo contexto, por tanto, para la transformación del sector hacia un sistema que es más eficiente, más inteligente y que proporciona, al mismo tiempo, un rol más activo al consumidor.
Desafíos para el nuevo escenario energético
- Disminución y estabilidad coste de la energía
- Minimización del impacto ambiental
- Cualificación e innovación
- Electrificación del consumo
- Aseguramiento del suministro
- Cumplimiento de la regulación
- Participación activa de consumidores
Su aplicación resulta decisiva en todos los tramos de la cadena de valor energética. Por ejemplo, con la instrumentación de los activos que intervienen en las plantas de generación junto con la utilización de modelos digitales (“gemelos digitales”) y técnicas de simulación avanzadas es posible desarrollar plataformas de ensayo y validación para testar y desplegar más eficientemente estrategias de reducción de costes en procesos de Operación y Mantenimiento. Estrategias que serían inviables o muy costosas de probar con mecanismos convencionales en entornos reales debido a la complejidad de los componentes que intervienen y de sus interrelaciones.
Analítica de Datos y Big Data
- Analítica de datos y Big Data
- IA, control cognitivo y robótica
- Sensórica y actuación
- Iot, comunicaciones y procesamiento
- Ciberseguridad y aseguramiento
- Programación y generación de código
- Interacción sensorial y procesamiento natural
- Sistemas móviles, sociales y wearables
- VR/AR y contenidos enriquecidos
- Cloud y arquitecturas TI
El hecho de que muchos de los equipos del sistema energético estén en localizaciones remotas o extremas hace que su operación sea costosa y, en ocasiones, peligrosa. En todos estos casos, las tecnologías como Realidad Virtual y Realidad Aumentada contribuyen también a mejorar los procesos de O&M y a aumentar la seguridad de operaciones para los exportadores de equipamiento. Una pequeña mejora en O&M se traduce en millones de euros de ahorros durante todo el periodo de vida del activo, lo que acaba repercutiendo en el costo final de la energía.
La operación de la red es también más compleja. Con la “esmartización” de los equipamientos de red en todos sus tramos es posible una monitorización y actuación más precisa, incluso en tiempo real, sobre lo que está ocurriendo en el sistema, dotándolo de flexibilidad y mayor capacidad de orquestación. Al mismo tiempo, a través de sistemas predictivos y de IA sobre la demanda, la situación y el contexto instantáneo de negocio, es posible optimizar las operaciones de los distribuidores y comercializadores a una escala temporal y espacial cada vez menor.
Esta capacidad de análisis y actuación granular aplicada al tramo de uso final de la energía abre la posibilidad no solo de nuevas fórmulas de comercialización y de incentivación de comportamientos, sino incluso a la explotación de nuevos servicios beyond the energy.
Asimismo, la progresiva “esmartización” de la red integrando equipos con capacidad de procesamiento y comunicaciones en todos niveles de la red energética, hace que esta sea más vulnerable a ciberataques. La industria es consciente y está liderando la adopción de soluciones innovadoras de ciberseguridad e integridad de sistemas que garanticen la seguridad del suministro energético.
Para los usuarios, especialmente aquellos intensivos en el uso de energía, la aplicación de técnicas analíticas permite obtener ahorros energéticos garantizados respecto a la gestión “humana” en el corto plazo; y todavía hay un gran campo de mejora con métodos avanzados e Inteligencia Artificial.
En definitiva, el nuevo escenario energético descarbonizado y descentralizado implica para el sector una profunda metamorfosis en la forma de concebir, operar y comercializar los sistemas y servicios energéticos, incluso con nuevos modelos de negocio en el sector. Requiere desarrollar unas capacidades que combinen, estrechamente y de manera perfectamente interrelacionada, conocimientos profundos del dominio energético junto con una mentalidad nativa digital.