La Asociación Somos Digital ha publicado el estudio "Los Centros de Competencias Digitales del Futuro" elaborado por la Junta de Castilla y León. El estudio, que ha contado con la colaboración de TECNALIA y la participación de una veintena de redes de Centros, diseña el nuevo rol de los Centros de Competencias Digitales en la era de la supremacía tecnológica: a qué beneficiarios se dirigirán, para qué nuevas necesidades, con qué propuesta de valor, qué servicios ofrecerán y cómo se prestarán estos servicios.
Hace unos 25 o 30 años, allá por los 90, empezaba el despliegue generalizado de unas tecnologías que iban a cambiar por completo la sociedad, como los ordenadores personales, internet o las comunicaciones móviles.
Los Centros de Competencias Digitales, telecentros o centros de alfabetización digital, según algunas de sus denominaciones, surgieron poco después para ayudar a los colectivos con mayores dificultades en el acceso a estas nuevas tecnologías. Desde entonces, estos Centros han trabajado en la reducción de la brecha digital a través de la sensibilización, el asesoramiento y la formación. Hoy existen alrededor de 2.500 centros a nivel nacional con presencia en casi todas las Comunidades Autónomas. Muchos de ellos, alrededor del 80%, se encuentran en zonas rurales.
En estos años, los Centros de Competencias Digitales han evolucionado y madurado, pasando de ser centros de acceso gratuito a Internet y de formación básica en herramientas tecnológicas, a ser centros de referencia para el impulso de las competencias digitales de la ciudadanía. Se han constituido como instrumentos clave para desarrollar las políticas de Sociedad de la Información y Agenda Digital de los gobiernos regionales y locales. A su vez, desde Europa se sigue impulsando con más fuerza el desarrollo de las competencias digitales de la ciudadanía, creando un Modelo Europeo de Competencias Digitales conocido como marco DigComp y lanzando un Programa a partir de 2021, “Europa Digital”, para apoyar la transformación digital de las sociedades europeas y sus economías.
Pero el proceso de transformación digital se sigue extendiendo y, además, lo hace con mayor intensidad y velocidad, con tecnologías más complejas y omnipresentes que afectan profundamente la vida social, el ocio, las relaciones, el transporte o los servicios públicos, por citar algunos ejemplos. Más allá de su impacto en el plano social o individual, las tecnologías digitales están provocando una transformación progresiva e imparable en el mundo laboral. Su efecto será determinante en el mercado del trabajo y en todo tipo de ocupaciones, afectando a la desaparición o transformación de trabajos existentes y a la creación de nuevos perfiles profesionales.
Al mismo tiempo, aparecen factores sociodemográficos nuevos que se superponen, como la urbanización, el “vaciado” rural, la migración o la longevidad, y que suponen nuevas necesidades en materia de competencias digitales.
Se hace necesario, por tanto, un cambio del enfoque y del portafolio de los servicios ofrecidos por los Centros de Competencias Digitales para adecuarse a las nuevas necesidades de la ciudadanía, tanto desde la perspectiva social e individual, como laboral. Tendrán que adaptarse y ofrecer nuevos servicios para responder a los nuevos retos socioeconómicos que se prevén como consecuencia de la transformación digital.
En el estudio “Los Centros de Competencias Digitales del Futuro” se hace un análisis preciso, partiendo de la situación actual y las tendencias, de los principales rasgos de los Centros de Competencia Digitales del futuro. En el estudio se desarrollan cada una de las claves que caracterizarán a estos Centros: sus grupos de beneficiarios, las necesidades asociadas, la propuesta de valor diferenciadora, el portafolio de servicios por grupo de beneficiarios, las fórmulas de prestación de servicios, etc.
Las principales características diferenciales que se proponen para el diseño del Centro de Competencias Digitales del futuro con relación al modelo actual son:
- Una visión más inclusiva, normalizada y transversal de los grupos beneficiarios respecto a la visión actual. Los Centros del futuro atenderán a grupos de personas muy diversos, grupos representativos de los colectivos del territorio al que atienden y en el que están implantados, ya que prácticamente todos los sectores de la sociedad necesitarán estar digitalmente capacitados. Tanto personas “en riesgo de exclusión digital” como personas preparadas, pero que necesitan nuevas competencias asociadas a las nuevas tecnologías, a su uso o aplicación en la vida personal o laboral.
- Una evolución de la Propuesta de Valor de los Centros hacia el esquema “saber” –> “saber hacer” –> “usar con propósito”, respecto a la visión más clásica de “saber” (es decir, formar en competencias) de los Centros en sus orígenes.
- Una evolución en los indicadores de éxito hacia la medición del impacto socioeconómico, incluyendo la empleabilidad, y no tanto relacionados con la operativa de los centros.
- Los centros ampliarán su tipología de servicios ofrecidos para adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales. La actualización de estos servicios será cada vez más rápida por el despliegue exponencial de productos y servicios digitales en todas las facetas de la sociedad y la economía.
- Los propios centros abordarán su transformación digital, incorporando herramientas para una mejor personalización de servicios, para una provisión más moderna y para un funcionamiento tanto presencial como virtual.
- El rol de las personas dinamizadoras, claves para el éxito de los centros -igual que en la actualidad-, se transformará desde ser prestadoras de servicios a ser facilitadoras y conectoras entre la demanda y los agentes especializados en las diversas materias.
- Los Centros reforzarán las alianzas y asociaciones con otros agentes, públicos y privados, con los que comparten propósitos, no solo a nivel local, regional o nacional, también a nivel europeo y mundial.
- La red de relaciones y la proximidad a ciudadanía constituirán un potente activo intangible de enorme valor para otros grupos de interés secundarios, distintos al principal, con el que desarrollarán propuestas de valor y servicios que contribuyan a maximizar su misión.
- Puesto que el proceso de digitalización de la sociedad es cada vez más consolidado, otros agentes que prestan servicios diferentes a los mismos grupos de beneficiarios (desde los orientados a la empleabilidad hasta los relacionados con la salud, por ejemplo) incorporarán cada vez más el enfoque digital en sus servicios. Los futuros Centros de Competencias Digitales tendrán que seguir fortaleciendo los componentes de diferenciación para seguir siendo el pilar de referencia en el ámbito del desarrollo de competencias digitales.
- Finalmente, y debido a la importancia determinante que tiene la gobernanza en la definición de estos Centros y su orientación hacia determinadas tipologías de servicios, la gobernanza de los futuros Centros deberá trabajar la articulación transversal con otras políticas de la administración (desarrollo económico, empleo, acción social, participación ciudadana o educación) para lograr que estos instrumentos generen el máximo impacto para toda la sociedad.
En el nuevo contexto social y económico de transformación digital omnipresente, acelerada y profunda, los Centros de Competencias Digitales vuelvan a coger fuerza, resultando hoy más necesarios que nunca. Se requiere ahora adaptar su enfoque y evolucionar el portafolio de los servicios ofrecidos.
El estudio aporta de manera acertada opciones que dan forma a esa visión futura, permitiendo que cada Centro existente analice y elija cuáles de estas opciones se adaptan mejor a su caso particular, según el escenario sociodemográfico, económico, geográfico o tecnológico en el que opera y su trayectoria institucional.