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Sergio Saiz Bombín / Director del Área Eficiencia Energética de TECNALIA
Una imagen no siempre vale más que mil palabras. Lejos del traje y de la corbata y más cerca de un atuendo desenfadado y atípico Sergio Saiz deja su huella impregnada allá por dónde va. Getxotarra de 41 años es responsable de un equipo de 25 personas del área de Eficiencia Energética y Sostenibilidad Industrial de TECNALIA. Además, lidera varios proyectos relacionados con la eficiencia en la industria, la planificación y las instalaciones térmicas.
El respeto, la confianza y la cercanía son calificativos que describen a este Ingeniero Industrial especializado en Tecnologías Energéticas. La empatía, la lucha y el esfuerzo en común son las máximas que lleva por bandera para lograr que sus clientes se sientan satisfechos con el trabajo realizado y sean más competitivos en los mercados en los que operan.
La Comisión Europea establece la Eficiencia Energética como la mayor fuente de reducción de emisiones de CO2 desde ahora hasta 2050. Sergio Saiz y su equipo lo tienen muy presente; su objetivo es optimizar los procesos productivos y su empleo para lograr un ahorro energético que repercuta en la sociedad y en las empresas.
Leire Agüero. ¿Qué es la eficiencia energética?
Sergio Saiz. La eficiencia es un concepto aplicable a cualquier ámbito de la sociedad, y consiste en “invertir menos” para lograr lo mismo. En el caso de la eficiencia energética se trata igualmente de consumir menos energía sin penalizar el efecto pretendido al consumirla; minimiza los impactos negativos que conlleva su uso, generalmente en términos económicos y medioambientales.
L.A. ¿En qué campos se puede aplicar?
S.S. En multitud de ámbitos, aunque nuestra actividad se centra fundamentalmente en el sector energético, en el de la construcción y en el industrial. El ejemplo más visual quizá sea el de la recuperación del calor residual de los procesos industriales, que consumen mucha energía. Una buena parte de ella acaba siendo expulsada en corrientes de gases a 300ºC o más. Esta energía tiene potencial para ser recuperada y aprovechada, con el consiguiente aumento de eficiencia.
L.A. Un caso de éxito.
S.S. Recientemente hemos estado en Taipei en un workshop de presentación al que ha acudido hasta el Ministro de Energía de Taiwán. En este lugar tenemos instalada una demostración de una máquina de tratamiento de aire denominada Nanoocool que se basa en el empleo de desecantes líquidos. ¡Está funcionando de manera muy eficiente! El clima allí es muy cálido y muy húmedo, con lo que la máquina ofrece mayores ventajas que en el clima europeo. Afortunadamente está despertando mucho interés en el sector industrial, y nos han invitado a volver en los próximos meses para ponernos en contacto con empresas Taiwanesas.
L.A. ¿Tiene futuro la eficiencia energética?
S.S. La Comisión Europea establece la Eficiencia Energética como la mayor fuente de reducción de emisiones de CO2 desde ahora hasta 2050. Por lo que considero que sí, que tiene futuro, aunque a nivel de mercado hay mucha competencia, que además es creciente. Partimos de una buena posición porque llevamos toda la vida en ello, antes incluso de que fuera considerada tan importante a nivel político. ¡Pero no podemos relajarnos! Hay oportunidades que tenemos que aprovechar para seguir en el buen camino. Estamos haciendo un esfuerzo importante en identificar las tecnologías que ofrecen mayor potencial en el medio plazo. Esperemos tocar la tecla adecuada (ríe).
L.A. ¿A qué se debe los buenos resultados obtenidos?
S.S. Nuestra área se caracteriza en primer lugar por un buen ambiente de trabajo. En el equipo existen personas con capacidades transversales, que pueden apoyar de manera solvente los distintos proyectos, y especialistas, que si bien son menos “versátiles” son capaces de profundizar y aportar esa chispa que se requiere en nuestro negocio. En cualquier caso, la clave está en el equipo, él es el responsable de los buenos resultados. Aquellos que tenemos la responsabilidad en nuestras manos la asumimos sin ambigüedades, estamos implicados y ponemos mucho de nuestra parte. Esto hace que todos nos realimentemos y nos comprometamos día a día. Como bien decía Albert Einstein: “El ejemplo no es la mejor manera de predicar, ¡es la única!”.
L.A. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
S.S. La mayor satisfacción la encuentro en ver materializado con buen resultado, después de mucho debate, risas y enojos (ríe) algo que inicialmente era una idea quizá algo “peregrina”. Por ejemplo, el planteamiento de almacenar la energía solar térmica desde el verano hasta el invierno ha pasado por este proceso, y hoy, disponemos de dos instalaciones que funcionan de manera adecuada.
L.A. ¿Algún aspecto mejorable?
S.S. Profundizar en la relación con nuestros clientes para poder alinear mejor nuestras tecnologías a sus necesidades. Esto depende del nivel de confianza que seamos capaces de alcanzar con ellos, y es más importante a medida que nos especializamos más. También nuestros clientes deben saber que estamos para aportarles, y que pueden orientarnos en cierta medida a su realidad. Tenemos que ser capaces de generar esa confianza con todos ellos, ya sean pymes o empresas mucho más grandes que nosotros. Creo que una de las mayores oportunidades que tenemos está en la multidisciplinaridad de las tecnologías que manejamos. Podemos aportar soluciones a nuestros clientes sobre aspectos que ni siquiera son conscientes del impacto que les genera, ni de la ventaja competitiva que supone una innovación en un ámbito “tangencial” a su actividad central.
L.A. Revele una afición que le atrape.
S.S. ¡Me encanta la música! Tengo un estudio compartido con un par de amigos donde toco, compongo y canto. Siempre digo “es imposible tocar la guitarra si tienes la cabeza en otra cosa”. Para mí supone una vía de escape muy eficaz. ¡La recomiendo a todo el mundo!
