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Recientemente la compañía de Jeff Bezos ha lanzado Amazon Echo Dot, un dispositivo de reconocimiento de voz que utiliza un asistente virtual para interactuar con el entorno, sobre todo en el hogar.
A través de Dot puedes controlar las luces, solicitar un Uber, pedir comida china, cambiar la temperatura de tu termostato, además de las funciones básicas de reproducción de música o búsqueda de información, y todo por 50 $. Dicho así, parece que es un gadget más, pero además de ser un producto digitalizado, detrás hay una estrategia con un posicionamiento claro en el perímetro digital, el entorno digital en que interactuamos de manera cotidiana.
Los asistentes virtuales son intermediarios digitales que nos permiten estar más cerca de los usuarios, de nuestros clientes. Las grandes compañías lo tienen claro, por ello están creando sus propias soluciones. Amazon Echo Dot utiliza el asistente virtual, Alexa, Apple utiliza Siri, Google ofrece para los dispositivos móviles Google Now y Microsoft incorpora en Windows 10 Cortana.
Otro ámbito en el que las empresas se están posicionando para ocupar espacio en el perímetro digital es el de las gafas de realidad aumentada. Las gafas de realidad aumentada nos ofrecen una experiencia completamente diferente de interacción avanzada con el entorno. Esta tecnología permite aumentar el perímetro digital de los profesionales involucrando a los objetos y sistemas que les rodean gracias al internet de las cosas.
Microsoft ha dado un salto cualitativo en este sentido con el lanzamiento de las Hololens. Son unas gafas de realidad aumentada que permiten la proyección de “hologramas”, es decir, la superposición de objetos virtuales sobre una imagen real. Esta solución mapea en tiempo real todo lo que se encuentra (superficie, objetos, mobiliario…), es independiente a cualquier otro dispositivo (PC o teléfono móvil), y además permite interactuar con los objetos virtuales a través de las manos o comandos de voz, por ejemplo para mover de lugar los objetos virtuales.
La aplicación de esta tecnología en diferentes ámbitos y sectores es clara. Desde su uso para la tele asistencia en remoto, por ejemplo para plantas industriales complejas en la que un “técnico experto” guía a través del wearable las acciones del operario que está en planta a miles de kilómetros. Otra, la tele asistencia a través de un “experto virtual” que realiza el guiado de las tareas al operario que se encuentra sin supervisores en el turno de noche de una fábrica, o como Thyssenkrupp, que utiliza las Hololens para visualizar a distancia el ascensor sensorizado para identificar e incluso predecir problemas técnicos a través del uso de diferentes tecnologías además de la realidad aumentada (IOT, Semántica, Machine Learning).
El perímetro digital está empezando a ser ocupado por wearables que conjugados con las capacidades que nos ofrecen los asistentes virtuales jugarán un papel relevante en la intermediación digital.
Posicionarse en el perímetro digital, significa estar más cerca del cliente. Estas soluciones serán piezas clave en la construcción de relaciones más directas con los usuarios, con los clientes, y nos ofrecerán la posibilidad de poder fidelizar en cada interacción.
Es en este espacio, con estas tecnologías donde se podrá generar más valor, donde aparecerán nuevos servicios de intermediación digital, nuevos modelos de negocio. En definitiva nuevos modelos de poder.
