Los mosquitos, con sus picaduras causan molestias de interés para la salud pública. Transmiten una diversidad de patógenos entre los que destacan virus, bacterias y nematodos que provocan enfermedades de importancia tanto médica como veterinaria.
Muchas especies de mosquitos tienen su distribución natural en zonas tropicales o subtropicales. La introducción accidental de especies, por un lado, y el calentamiento global por otro está provocando que ciertas especies puedan extenderse (especies exóticas) e incluso establecer poblaciones (especies invasoras) donde antaño estaban ausentes.
En 2012 se tenía constancia en distintos territorios europeos de la existencia de seis especies de mosquitos invasores probablemente debido al calentamiento originado por el cambio climático. Existe una notable preocupación ya que algunas de estas especies pueden transmitir patógenos responsables de enfermedades serias como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue.
Destaca el poder invasor del llamado mosquito tigre (Aedes albopictus o también conocido entre los expertos por Stegomyia albopicta) por su rápida expansión en zonas urbanas y suburbanas gracias a su capacidad de reproducirse en pequeños contenedores de agua, imitando los huecos de los árboles y de pequeñas oquedades inundables que utilizan en sus zonas originarias. El mosquito tigre desde 2009 es considerado una de las cien peores especies invasoras del mundo por los expertos. En 30 o 40 años se ha extendido desde su zona originaria, el Sureste asiático, a América del Norte, Central y del Sur, al Norte de Australia, a partes de África y a varios países Europeos. Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de enfermedades infeccionas (ECDC) apareció primero en Albania en 1979, introducido con el tráfico de neumáticos usados desde Florida y de bambú desde China. En 1990 se detectó en Italia y en 2012 ya tenía presencia en unos 20 países europeos.
De los seis mosquitos invasores en Europa probablemente el mosquito tigre es el que mayor riesgo implica para la salud de los europeos. Tiene un comportamiento agresivo diurno. Es vector eficaz de varias enfermedades víricas (arbovirosis), entre ellas, el dengue, el Chikungunya y varios tipos de encefalitis. Además posee competencia vectora en laboratorio para unas 24 arbovirosis y varias microfilarias de interés veterinario y médico. En Europa, hasta la fecha se le considera responsable de brotes tanto de dengue (Croacia y Francia, primeros casos europeos de dengue autóctono o transmitido a una persona que no ha salido de su territorio nacional) como del virus Chikungunya (Italia, Francia). En España en 2012 se conocían 64 especies de mosquitos, entre ellas el mosquito tigre detectado en 2004 en Sant Cugat del Vallés, una zona residencial a 15 km de Barcelona. Desde entonces se ha ido extendiendo de manera continua por zonas mediterráneas ibéricas, si bien ya ha sido detectado en una localidad de la iberia atlántica (País Vasco).
A finales de agosto se ha descubierto el primer caso autóctono español de transmisión del virus Chikungunya por el mosquito tigre. El ECDC ha elaborado un informe técnico evaluando el riesgo de transmisión en Europa. Este informe confirma que a raíz del caso autóctono en España, Europa es vulnerable a infecciones autóctonas de este virus en zonas donde haya presencia de mosquitos que lo puedan transmitir, siendo el mosquito tigre para la Europa continental y el Mosquito del dengue (Ae. aegypti o, según otros expertos, St. aegypti) para Madeira.
Este primer caso de transmisión autóctona del virus Chikungunya ha creado una gran alarma entre las autoridades sanitarias y la población en general. La vigilancia, detección precoz y aplicación de métodos de control son necesarios para intentar frenar su expansión.
Sanidad aconseja que la mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar la picadura del mosquito mediante el uso de repelentes de aplicación tópica, mosquiteras e insecticidas y otros productos anti mosquitos presentes en el mercado.
Sin embargo, no todos los productos son igualmente eficaces. El Laboratorio de Sanidad Ambiental Urbana (SAU) de TECNALIA obtuvo en 2014 la autorización del Gobierno Vasco para criar al mosquito tigre en sus instalaciones con el fin de contribuir a que los productos en el mercado sean eficaces. Dicha labor fue llevada a cabo por el Servicio de Evaluación de Eficacia Biocida formado por cinco personas con alta cualificación, entre ellos dos doctores entomólogos. El laboratorio con un nivel de contención de artrópodos 2 tiene otras colonias de mosquitos, como el mosquito del dengue, el mosquito sureño, Culex quinquefasciatus, además de otros artrópodos de importancia en la salud pública como las garrapatas Ixodes ricinus, vector de la enfermedad de Lyme o las chinches de las camas Cimex lectularius, ambas especies objetos de estudio del proyecto europeo BETITEX .
Protección contra el mosquito tigre
Los consumidores necesitan más información con relación al modo de acción y utilización de los distintos productos en el mercado, ya que no todos tienen la misma eficacia. Los expertos recomiendan para los repelentes anti-picaduras de mosquitos una eficacia mínima del 95%. En los últimos años es frecuente encontrar en el mercado algunos formatos de estos productos con porcentajes de repelencia sensiblemente menores, no proporcionando la suficiente garantía de protección ante mosquitos vectores, incluyendo el mosquito tigre. Productos como ultrasonidos, bombillas, pulseras y parches anti mosquitos deberían estar sujetos a una mayor regulación por parte de las autoridades competentes. Aunque se están realizando grandes avances en el desarrollo de nuevos productos protectores anti-mosquitos, pudiendo contener sustancias activas más naturales que los biocidas sintéticos tradicionales, hay que tener en cuenta las limitaciones de eficacia cuando se trata de protegerse ante especies vectoras. En manos del consumidor está establecer el criterio de qué producto utilizar en función del riesgo al que se enfrentan, teniendo en cuenta la localización geográfica y las recomendaciones en medidas de protección.
Entre los productos eficaces que garantizan una protección real se encuentran los difusores, bien en forma líquida, tabletas o espirales para aplicar en el interior de las viviendas, y los repelentes de aplicación tópica o cutáneos, además de la utilización de medidas preventivas (uso de mosquiteras y vestimenta adecuada para minimizar el contacto de la piel con estos vectores como son las prendas de manga o pierna de manga larga) para el exterior. Otras medidas de protección, en este caso para evitar el desarrollo de las larvas son la eliminación de lugares de cría, como son los pequeños depósitos de agua de nuestro entorno; macetas en los balcones, contenedores de agua para el consumo humano o riego de los huertos urbanos.
La concienciación de los elementos de riesgo en la proliferación de esta especie en el ámbito urbano, junto a la eficacia y modo de aplicación de los productos que utiliza la población en la lucha contra estos vectores son determinantes a la hora de minimizar el riesgo de molestias y contagio de nuevas enfermedades en nuestro entorno más inmediato. Utilizar los productos según las indicaciones de su etiqueta y seguir las instrucciones de los expertos y responsables de la salud pública es la mejor manera de protegerse ante este problema emergente en nuestro país.
NOTA: el artículo ha sido redactado en colaboración con la Dra. Leticia Martínez de Murguía, Responsable del Servicio de Evaluación de la Eficacia Biocida de SAU.