Los materiales metálicos son el pilar fundamental de la ingeniería. Los metales más ampliamente utilizados en la industria, en la construcción y en la vida cotidiana son el acero al carbono, el acero inoxidable y el aluminio: todos ellos susceptibles de deteriorase durante su vida en servicio por la acción corrosiva del ambiente al que están expuestos.
La forma en que veamos el daño en nuestra estructura o equipo dependerá del binomio metal-medio; el alcance de la corrosión estará sujeto a la agresividad del ambiente.
La gravedad del daño será en función de la criticidad del componente:
- En aplicaciones en las que conozcamos el comportamiento del metal, podamos incrementar el espesor o sección del componente y el factor estético no sea crítico, se podrá convivir con la corrosión durante toda su vida útil.
- En otras ocasiones requeriremos retrasar la corrosión el máximo posible y cuando esta se inicie, controlarla para evitar el fallo hasta su sustitución.
- Y habrá proyectos estratégicos en los que la corrosión nunca deberá iniciarse durante toda la vida en servicio del componente o estructura.
Las herramientas con las que contamos para hacer frente a los fallos por corrosión son:
- Realizar un estudio previo del tipo de ambiente de trabajo y seleccionar el material o material más un recubrimiento adecuado.
- Analizar el deterioro de un componente que ya ha estado trabajando e identificar la causa del fallo.
CONTENIDO
- Explicaremos la metodología a seguir para abordar con éxito un estudio de análisis de fallo por corrosión
- Expondremos varios ejemplos prácticos.
IMPARTE
- María Vaquero – Técnico del grupo de Ingeniería de Materiales del área Lab_services
DIRIGIDO A
- Personas con responsabilidad en el diseño, fabricación y uso/mantenimiento de sistemas y componentes
- Responsables de Fiabilidad y Mantenimiento
- Responsables de Calidad en la fabricación de componentes y estructuras metálicas
- Oficinas Técnicas
- Técnicos en Diseño de componentes
- Responsables de Riesgo