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El cambio climático con la ayuda de la globalización está permitiendo a los mosquitos y a las garrapatas extender su territorio a regiones y países que hasta hace unos años no conseguían colonizar
Creo que no habrá nadie en el mundo que no haya oído hablar del cambio climático. Esta variación global del clima de la Tierra que estamos padeciendo todos los seres vivos a causa principalmente de nuestra actividad, la de los humanos. Tampoco conozco a ninguna persona que no sienta cierta preocupación cuando escucha las consecuencias, desde leves hasta terribles, que este aumento de la temperatura global nos va a acarrear a todos.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que existen en el mundo algunos organismos que, de momento, hasta que la situación se complique también para ellos, se están frotando las manos (mejor dicho, las patas) disfrutando de las nuevas oportunidades que les ofrecen estos grados de más que tenemos actualmente en nuestro planeta.
Estos organismos son entre otros, los mosquitos y las garrapatas. Estos artrópodos parásitos de importancia médico-veterinaria son la principal herramienta de trabajo en nuestro Laboratorio de Bioeficacia de TECNALIA.
La relación entre la temperatura y los mosquitos y garrapatas
Igual de conocida que la ley de la conservación de la energía en Física "la energía ni se crea ni se destruye solo se transforma"es en Biología de los artrópodos la afirmación "a mayor temperatura mayor velocidad metabólica". Este efecto se traduce en ciclos vitales más cortos y un mayor número de generaciones que incrementan la tasa de reproducción con su posterior reflejo en el tamaño poblacional.
Además de acelerar su ciclo de vida, el cambio climático con la ayuda de la globalización está permitiendo a estos artrópodos extender su territorio a regiones y países que hasta hace unos años no conseguían colonizar. Y no solo consiguen llegar, llegan y se establecen.
- Uno de los ejemplos más claros es el del mosquito tigre, Aedes albopictus (Skuse, 1985), especie originaria del sudeste de Asia que se ha extendido por África, América y Europa desde 1979. Pero no es el único, también tenemos entre nosotros a mosquitos Aedes japonicus (Theobald 1901) siendo cuestión de tiempo que lleguen otras especies invasoras y peligrosas como son Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) o Anopheles gambiae (Giles, 1902).
- Y qué decir de las garrapatas; son muchas las especies autóctonas de estos arácnidos, Ixodes ricinus (Linnaeus, 1758), Hyalomma marginatum (Koch, 1844), Rhipicephalus sanguineus (Latreille, 1806), las que nos rodean cada vez más abundantemente en nuestros bosques, zonas verdes e incluso parques urbanos. La subida de la temperatura es una de las principales causas de este aumento de las poblaciones y su distribución geográfica.
La relación entre los humanos y los mosquitos y garrapatas
La relación de los humanos con los artrópodos en general no es muy buena. La entomofobia, el miedo a los insectos, es muy común en el ser humano. Y cuando no es miedo, las personas sienten repulsión o simplemente indiferencia hacia ellos. Aunque afortunadamente, también hay entomólogos vocacionales a los que les maravillan tanto estos animales, que deciden dedicar la vida a su estudio. Y luego estamos los que por circunstancias de la vida nos ha tocado trabajar con ellos y hemos acabado cogiéndoles cariño.
Si analizamos esta relación desde el prisma contrario, el de los artrópodos, podríamos decir que la mayoría de ellos sienten antropofobia, es decir, nos tienen miedo, ya que para ellos somos seres superiores capaces de matarlos de un simple manotazo. No es el caso de nuestros protagonistas, los mosquitos y las garrapatas. Estos organismos necesitan nuestra sangre para completar su ciclo de vida así que, en lugar de huir de nosotros, nos persiguen para picarnos.
En algunos casos, en el de las personas alérgicas a las picaduras de los artrópodos, aparte de molesta la picadura puede resultar peligrosa, ya que les pueden producir síntomas como urticaria, hinchazón de la lengua o garganta e incluso síntomas graves como la anafilaxia, una reacción grave y potencialmente mortal que requiere tratamiento de urgencia. Pero para la mayoría de la gente los mosquitos y las garrapatas no son peligrosos por sus picaduras sino por las enfermedades que pueden transmitir.
- Los mosquitos exóticos invasores del género Aedes son potenciales vectores de muchas enfermedades, siendo capaces de transmitir desde el parásito de la filariasis linfática hasta los virus causantes de la fiebre amarilla, el Chikungunya, el Dengue o el Zika.
- Y los mosquitos pertenecientes al género Anopheles son los causantes del Paludismo (la Malaria), una de las enfermedades que mayor número de muertes causa a nivel mundial. Según la OMS, en el 2022 se produjeron 249 millones de casos y 608.000 muertes en 85 países diferentes.
- Y las garrapatas no se quedan atrás. La enfermedad de Lyme, la fiebre recurrente (borreliosis) o, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo son solo algunas de las graves enfermedades que pueden transmitir.
Solución: vigilancia y protección
El cambio climático es una realidad sin vuelta atrás. Peor aún, según las predicciones el aumento de la temperatura mundial continuará los próximos años esperando una temperatura media anual en el 2050 entre 1,5ºC y 2,0ºC superior a los niveles preindustriales. Por lo tanto, la continua presencia de todas estas especies y enfermedades a nuestro alrededor también es inevitable.
Ante esto, solo nos queda saber a qué nos enfrentamos y cómo protegernos. Para conocer cuáles son las especies de artrópodos vectores y las enfermedades que nos acechan, es imprescindible llevar a cabo una vigilancia entomológica continua. A nivel institucional, desde el año 2016 existe un Plan Nacional para la prevención, la vigilancia y el control de las enfermedades transmitidas por vectores. En Euskadi se trabaja en la vigilancia de los mosquitos invasores desde el 2013. Además, la aplicación móvil Mosquito Alert es un recurso de ciencia ciudadana para que cualquiera pueda aportar información mediante fotos de mosquitos sospechosos y/o sus picaduras. De esta manera se pretende cruzar todos estos datos para detectar tempranamente posibles brotes infecciosos en la población y tomar medidas de control.
Por otro lado, a nivel individual cada persona debe protegerse ante estos artrópodos y sus picaduras, siendo una de las recomendaciones más básicas la de intentar no exponerse a ellos o hacerlo con barreras físicas como pueden ser las mosquiteras o el uso de ropa adecuada. Además, tenemos a nuestro alcance todo tipo de productos biocidas, insecticidas y repelentes, desarrollados por la industria química y farmacéutica para la protección de las personas frente a estos riesgos.
Laboratorio de bioeficacia de TECNALIA
En el Laboratorio de bioeficacia de TECNALIA llevamos más de diez años evaluando la eficacia de estos productos frente a mosquitos y garrapatas, entre otros parásitos hematófagos como son los piojos de la cabeza o las chinches de las camas. Somos uno de los pocos laboratorios, tanto a nivel nacional como europeo, que ayuda a los fabricantes en el desarrollo y evaluación de sus productos.
Nuestras instalaciones, con condiciones climáticas controladas y cumpliendo las normas de bioseguridad para mantener un nivel 2 de contención de artrópodos, cuenta con un espacio para la cría de diferentes especies y una zona experimental con cámaras de ensayo de varias dimensiones (0,064 m3, 0,34 m3, 25 m3 y 50 m3), necesarias para la realización de los estudios de eficacia según las directrices de la directiva de Biocidas (BPR).
Así, la experiencia adquirida durante estos años nos permite afirmar que afortunadamente, aunque también existe y se vende en el mercado material de reducida eficacia, tenemos a nuestro alcance productos que garantizan una protección completa y real. Entre ellos se encuentran los difusores insecticidas, tanto en formato líquido como en tabletas, para su uso en viviendas y los repelentes de aplicación tópica formulados con principios activos como el Citriodiol®, el DEET o el Icaridin, siendo imprescindible un correcto uso de todos ellos siguiendo las indicaciones proporcionadas en la etiqueta de cada producto.
